Unas Verdades sobre el Diseño Gráfico
Desde pequeños, algunos, poseen la virtud de poder plasmar en un lienzo, folio o servilleta auténticas maravillas.
Conforme nos hacemos adultos, seguimos sintiendo una gran atracción a tomar cualquier superficie para dibujar lo que nos pasa por la cabeza en cada momento, para plasmar libremente lo que nuestras musas nos transmiten. Pero cuando empezamos a formarnos, la cosa cambia.
En primer lugar, podríamos decir, que cuando uno deja volar su imaginación libremente para dar forma a un pensamiento, podría estar haciendo hace arte. Pero, cuando nos encontramos sujetos a las necesidades de una marca, con características, objetivos y emociones específicos a transmitir,ahora estaríamos diseñando.
Parece una tontería, pero ser capaz de entender este pequeño matiz, puede transformar nuestros sueños en pesadillas.
En segundo lugar, tenemos que lidiar con la típica expresión de: «Lo que tú haces lo podría hacer cualquiera», «Mi sobrino con el Photoshop lo podría hacer», «Pero si son tres líneas mal puestas».
Todas estas afirmaciones esconden un profundo desconocimiento del oficio de ser diseñador, que implica, no solo un porcentaje de talento, sino muchas, muchísimas horas de formación y de creación, de criterio y de ensayo y error, que se ponen al servicio del diseño al momento de la creación de un boceto.
Hace años vi una viñeta en la que se muestra a un empresario, sentado tras su mesa de despacho y manda llamar a un diseñador para que le haga un logo. El joven le hace unas preguntas, recoge sus cosas y sale del despacho. A la media hora, aparece en escena el joven con el logo y el empresario se queda anonadado con la belleza del mismo.
– Joven, ha captado usted a la perfección el espíritu de mi empresa, dígame que le debo.- dijo el empresario.
– Son 2.000€- dijo la joven diseñadora.
-Se ha vuelto usted loca, cómo voy a pagar 2.000€ por media hora de trabajo.- exclamó el empresario.
-Discúlpeme, yo no he tardado media hora, estudié 5 años una carrera, luego realice varios cursos de técnicas de diseño, trabajé con diferentes softwares para desarrollar más mis capacidades y, después de todo esto, he sido capaz de entender lo que usted abstractamente me ha explicado, para poder realizar su solicitud en media hora.- respondió la diseñadora.
Y para finalizar, es importante que la gente entendiera que no pasamos el tiempo dibujando plácidamente. Generalmente, dibujamos para trazar bocetos, que después serán transformados, gracias al uso de herramientas, hasta llegar a un concepto. Todo esto a una endiablada velocidad, ya que por norma general, el cliente tiene prisa.